[vc_row css=».vc_custom_1541597640577{margin-top: 40px !important;}»][vc_column] La Psicología Clínica es con mucho la especialidad más famosa y la más requerida de todas las especialidades de Psicología.
En el siglo XX, podemos llamar perfectamente alma, o así lo creemos nosotros, a la mente emergente que nace y se construye desde nuestras estructuras neuronales y sus procesos bioquímicos.
La Psicología Clínica estudia, evalúa y mide esos procesos emergentes e interpreta como estos estados de la mente inciden y afectan al individuo. A su conciencia, a su autopercepción, a su realidad, a su YO.
La Psicoterapia es el proceso a través del cual trabajamos con esos estados mentales, con el fin de reestructurarlos y ajustarlos para conseguir una buena capacidad de relación e integración en su medio y por ende un sentimiento de equilibrio y bienestar interno. La Psicoterapia tiene corrientes y cada una de esas corrientes desarrolla técnicas con el único objetivo de conseguir los resultados anteriormente mencionados. Las técnicas psicoterapéuticas son buenas en sí, algunas más eficaces que otras para ciertos problemas o trastornos. Pero sobre todo, lo más importante es que las técnicas usadas en un proceso terapéutico estén adaptadas a la cognición, capacidad y realidad de la persona con la que se está interviniendo.
No obstante, hay tres ideas muy importantes a tener en cuenta de lo que no es la psicoterapia:[/vc_column_text][vc_empty_space height=»40px»]
- La Psicoterapia no es magia
- La Psicoterapia no son clases magistrales
- La Psicoterapia no es hablar